Me mira con una sonrisa de oreja a oreja y contesta:
Esta es una parte del dialogo de una de las sesiones más bonitas de coaching que he tenido los últimos meses. Esta gran mujer, llegó a mi con un objetivo claro, quería que cambiaran muchas cosas a su alrededor. Tenía clara la visión pero no sabía cómo…y entonces hubo un momento (y esa es la magia del coaching), en que descubrió que lograr algo era más sencillo de lo que parecía. Simplemente decidió, y decidió confiar. No había que hacer nada fuera, nada. Solo hacerlo “dentro”, decirte a ti mismo, “confía, él puede”.
A partir de ahí, todo fue transformación. Y mientras me contaba todo lo que había cambiado en su hijo, le hice la pregunta de arriba, porque claro, aparentemente parece MAGIA. ¿Qué ha pasado, qué has hecho para que él tenga esa transformación que me estás contando?
– “Es que no lo sé, no recuerdo haber HECHO nada específicamente, simplemente decidí confiar en él”.
Pero no, no es magia :), es más fácil.
¿Qué ocurre cuando decidimos cambiar nuestro ESTADO ante algo? Pues que nuestra manera de actuar cambia sin proponérnoslo inicialmente…
Y en este caso concreto, si decido confiar en alguien, “todo mi ser”, lo muestra. ¿Cómo? En el tono de voz, en lo que le digo a esa persona, en lo que le ofrezco, en cómo le miro, en lo que mi cuerpo le transmite….TODO es comunicación y por lo tanto, acción.
Y ¿entonces qué le hizo a ese niño cambiar? Cuando mis comportamientos con alguien cambian, los suyos cambian también y por tanto, cambia todo.
Así que no tiene nada de magia: “Una predicción inicialmente falsa, cambia el comportamiento de los individuos, de modo que la profecía acaba por cumplirse” Rosenthal.
En el caso de la educación, hay muchos ejemplos, el que realizó Rosenthal (profesor en Harvard e investigador del efecto Pigmalión) fue sin duda, el más famoso.
“Al pasar de curso cambiamos el expediente de unos malos alumnos, sin que sus nuevos profesores lo supieran. A ellos les dijimos que eran alumnos brillantes. A final de curso se habían convertido, en efecto, en alumnos brillantes. Hemos hecho la misma prueba con ratas de laboratorio. Aleatoriamente hicimos dos grupos de ratas. A los alumnos que debían entrenarlas les dijimos que un grupo era de ratas listas y otras normales. Al final del entrenamiento las ratas arbitrariamente etiquetadas como listas habían tenido mejores resultados. Hasta las ratas se comportan de modo inteligente si nosotros las tratamos como si lo fueran.
Hemos estudiado los comportamientos de los docentes cuando tienen expectativas altas sobre los alumnos. Descubrimos dos factores:
El alumno responde a esa ATENCIÓN y CONFIANZA.”
Esa es la clave, el trato que tengo con el otro debido a lo que creo de él, porque cuando creo algo (en este caso que alguien es brillante), ese alguien se siente tratado así, y entonces responde acorde a esa expectativa.
Y sí, se traslada a todo:
Y cuidado, no vale CREER DE MENTIRIJILLA, se nota, creer es creer, no hacer como que creo.
Porque no es magia…es COMUNICACIÓN. 😉
(no lo he podido evitar…parafrasear a Elsa Punset jeje)
hasta la próxima. 🙂
Puedes escucharlo aquí:
Edito para poner este vídeo que me parece precioso y muy relacionado.
p.d1: YA MI PRIMER LIBRO A LA VENTA donde trato estos temas y mucho más, información aquí: http://www.esferalibros.com/libro/no-seas-la-agenda-de-tus-hijos/
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2 Comments
Estoy totalmente de acuerdo! El punto es ese «click» para pasar a creer de verdad, y no de mentirijilla… porque es verdad que se nota.
Como siempre, un gusto leerte Noelia!
Qué bien lo has definido con lo del click, 😉
UN abrazo enorme